La cirugía metabólica es utilizada en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (que no necesariamente tienen que tener obesidad mórbida) quienes, a pesar de recibir el tratamiento médico correcto, no consiguen alcanzar los niveles de azúcar en sangre y controlar adecuadamente la enfermedad. También se ha demostrado que la cirugía metabólica ayuda a controlar afecciones relacionadas con la obesidad como síndrome metabólico e hipertensión arterial, reduciendo (y hasta eliminando) la necesidad de medicamentos y mejorando la calidad de vida de quienes las padecen.
Con esta intervención se disminuye la ingesta de alimentos y se evita que pasen por el duodeno y la zona alrededor del páncreas, limitando la absorción de carbohidratos y grasas y, por tanto, reduciendo las señales metabólicas que conducen a la resistencia a la insulina.
